Charles Baudelaire Visto por…

” … Tenía virtudes íntimas y secretas; además las escondía por pudor o, por orgullo, hacía ver que era lo contrario de lo que en realidad era. Sus enemigos, por lo tanto, eran los que no le conocían. Quien le había entendido le apreciaba. Este hombre, que algunos espíritus malévolos y obtusos han querido hacer pasar por asocial, era todo bondad y cordialidad.”

Ch. Asselineau, Charles Baudelaire sa víe et son oeuvre, París, 1869.

“Siempre en busca de un extraño ideal que iba a plasmarse más tarde en Les Fleurs du Mal, Baudelaire probó los diversos venenos que se infiltran en el cuerpo y en el espíritu humano, De la misma manera que el médico se pica con una flecha javanesa para buscar el contraveneno, Baudelaire estudiaba las pasiones como un sabio; pero lo que decía y el entusiasmo que demostraba por sus estudios, hacía que la gente ingenua, tomándole al pie de la letra, le consideraran chocante. …La utopía de este artista consistía en no presentarse al público cuando no estaba dueño de sí mismo, con todas sus fuerzas; hay que estimarle por el respeto que demostró para con su obra … “

Chamfleury, artículo en Le Figaro, 12 de agosto de 1886.

” … Verdaderamente, ¿creen ustedes que se puede describir todo, descubrir todo, con tal de hablar después de la repugnancia que inspira el vicio y describir las enfermedades que lo castigan?… Describo el mal y la embriaguez que acarrea consigo, y también sus desgracias, sus vergüenzas, ¿esto es lo que nos dice? De acuerdo; pero los numerosos lectores para quienes usted escribe, pues la tirada es de varios miles de ejemplares y el libro es barato, estos múltiples lectores, de cualquier rango, edad, condición que sean, ¿cree usted que se tomarán el antídoto tan a gusto? Incluso entre los lectores cultos, maduros, ¿cree que hay tantos fríos calculadores que van a pesar el pro y el contra, que van a colocar el contrapeso frente al peso y que tendrán la cabeza, la imaginación, los sentidos bastante equilibrados? El hombre no lo quiere reconocer, es demasiado orgulloso. Pero la verdad es ésta: el hombre es siempre más o menos disminuido, más o menos débil, más o menos enfermo, pues cuanto más quiere negar o discutir la carga del pecado original, más pesa en sus hombros.
Para cuantos no son todavía hastiados o debilitados, siempre se pueden sacar impresiones dañinas en semejantes cuadros. …El paganismo se avergüenza de lo que nos enseñan sus ruinas, en las ciudades destruidas de Herculanum. y Pompeya. Pero en el templo, en la plaza pública, las estatuas antiguas enseñan una desnudez casta. Los artistas de la antigüedad rinden culto a la belleza plástica; reproducen las formas armoniosas del cuerpo humano; no nos lo enseñan envilecido o palpitante en los brazos de la lujuria. Estos artistas respetaban la vida social…”

Fiscal general Pinard, requisitorio contra Les Fleurs du Mal (agosto de 1857).

 “Este Poeta que tratan de hacer pasar por una naturaleza satánica amiga del Mal y de la depravación (literarios, evidentemente) amaba el Bien y la Belleza en grado sumo.”

Théophile Gautier, introducción a Les Fleurs du Mal, ed, Lévy, 1868.

“Les FIeurs du Mal no son una obra de arte en la que se pueda penetrar sin preparación. Aquí no estamos ya en el mundo de la banalidad universal. La mirada del poeta baja sin detenerse ni un solo momento en unos círculos infernales que quedaban por explorar, y lo que allá ve y oye no recuerda ni de lejos los romances de moda. De allí brotan lamentaciones y quejas, cantos extáticos, la blasfemios, gritos de dolor y de angustia Las torturas de la pasión, la ferocidad y la cobardía social, los ásperos sollozos de la desesperación, la ironía y el desdén, todo se mezcla fuerte y armoniosamente en esta pesadilla dantesca iluminada de trecho en trecho por claros por los cuales el espíritu lanza el vuelo hacia la paz y la alegría ideales…”

Leconte de Lisle, La Revue Européenne, 1º de diciembre de 1861.

 “La profunda originalidad de Charles Baudelaire, en mi opinión, está en presentar con fuerza y en lo esencial, el hombre moderno; y con esta palabra, el hombre moderno, no quiero designar…, el hombre moral, político y social. Sólo quiero hablar del hombre en su físico de hoy, tal y como le han hecho los refinamientos de una civilización del exceso, el hombre moderno, con sus sentidos agudizados y vibrantes, su mente sutil hasta el dolor, su cerebro saturado de tabaco, su sangre quemada por el alcohol, en una palabra, el bilio-nervioso por excelencia.”

Paul Verlaine, en L’ Art, 16 de noviembre de 1865.

“Baudelaire cantó la única pasión que el siglo XIX pudiera experimentar con sinceridad: el remordimiento.”

Paul Claudel.

“De manera que puedo decir que, si entre nuestros poetas los hay más grandes y dotados de más fuerzas que Baudelaire, no los hay más importantes.”

Paul Valéry, Situation de Baudelaire.

“Baudelaire representa el balance de ciento cincuenta años de romanticismo. No porque no existan poetas de inspiración más generosa, más personal, y de técnica más segura. Al contrario, los hay muchos; si les domina es porque encierra todas las características del romanticismo llevadas al extremo: la imprecisión, la inconsistencia, la tenebrosidad, la facilona aspiración hacia lo infinito, el narcisismo. Pero seamos justos: todo esto no le impide desprender un olorcito a carne descompuesta y a pastilla de jabón. Romántico lo es, y en punto sumo, pero con cierta hipocresía…”

Marcel Aymé, Le Confort intelectual.

 Charles Baudelaire jamás dejará de ser el escritor de excepción cuya obra desconcertará, sin cesar, al lector desprevenido y hasta al que no lo es, tanto por su forma de cultivar “LAS FLORES DEL MAL” como por su arte de cincelador de esas joyas poéticas que son sus “PEQUEÑOS POEMAS EN PROSA” y esos profundos y a la vez extraños ensayos que tituló “LOS PARAÍSOS ARTIFICIALES”. El mejor retrato de Baudelaire-poeta lo forjó él mismo al referirse a Edgar A. Poe: “Poe permanecerá siempre siendo el auténtico poeta, es decir una verdad vestida de un modo extraño, una paradoja aparente que no quiere sentir el codeo de la muchedumbre, y que corre hacia el extremo oriente cuando se lanzan los fuegos artificiales en el poniente.”

Tomás Barna, De BAUDELAIRE y de POE.