Tras los Pasos de la Filosofía en Textos de Borges – por Hernán Isnardi
Tras los Pasos de la Filosofía
en Textos de Borges
Por Hernán Isnardi
Este texto no pretende ser (como pretendió la revista), un profundo estudio sobre la influencia de la filosofía en la obra de Borges. Este texto nació exactamente así: Yo caminaba por Buenos Aires con la sana idea de recortar al mundo en el exacto lugar en que me empezaba a molestar. No hay mejor remedio que repetir versos… pensar desde donde pueden venir… y hasta traer, si se puede, la voz del escritor. Eso me pasó y este es el regalo que me hizo el olvido.
En Borges, la filosofía tiene que ver con un algo que hace las veces de tema de literatura o llama de inspiración hacia la literatura. Vale decir, un excelente medio para una mejor literatura.
Comencé recordando un poema llamado “A Don Nicanor Paredes” (lo traje con la voz de don Edmundo Rivero), donde (aunque parezca increíble) deja ver una idea de Plinio.
Esos versos dicen algo así…
“Ahora está muerto y con él
Cuánta memoria se apaga,
De aquel Palermo perdido
Del baldío y de la daga”
El tema lo repite en un texto en prosa del libro “EL HACEDOR” llamado “El Testigo” y las líneas que refieren a esta misma idea de Plinio son las siguientes…
“… ¿Qué morirá conmigo cuando yo muera, qué forma patética o deleznable perderá el mundo? ¿La voz de Macedonio Fernández, la imagen de un caballo colorado en el baldío de Serrano y Charcas, una barra de azufre en el cajón de un escritorio de caoba?”
La idea no es ni más ni menos que las cosas que pierde el mundo con la muerte de alguien, aunque la idea de Plinio era, lógicamente, más extensa.
Schopenhauer, por quien Borges profesaba una abierta pasión (para leer los textos en idioma original, aprehende alemán), decía que la música necesitaba para ser, solamente tiempo… esto inspiro a Borges los siguientes versos…
“Hecho de polvo y tiempo,
el hombre dura menos
que la liviana melodía…
que solo es tiempo… ”
un verdadero prodigio…
Viajando en el tiempo un tanto más lejos (edad media), nos encontramos con el senador BOECIO. En su libro La Consolación de la Filosofía (De Consolatione Philosophae), imagina una carrera de caballos. Mirando la carrera hay un espectador; este ve la carrera de un vistazo… comienzo, vicisitudes y llegada del caballo… Luego imagina otro espectador (Dios) que ve la carrera y la vida del espectador de la misma manera… de un vistazo y simultáneamente. Salva así las dos ideas: La de la DIVINIDAD y la del LIBRE ALBEDRÍO (porque no influye en nuestros actos). Esa es la noción de eternidad. Nunca una sucesión indefinida de tiempo, sino la simultaneidad del presente, del pasado y del futuro…
Sobre esta idea, el poeta, en un poema llamado “El Ajedrez”, escribió lo siguiente:
“Dios mueve al jugador y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
De polvo y tiempo y sueño y agonía? ”
Siguiendo hacia atrás, mucho más atrás, llegamos hasta Heráclito. Este decía algo así como que todo fluía, y nada permanecía… si entramos en el río y a la hora lo hacemos nuevamente, nosotros no seremos los mismos ni el río lo será. Somos tantos como las ocasiones que tenemos para serlo….
Borges escribe…
“Yo, que tantos hombres he sido, no he sido nunca,
aquel en cuyo amor desfallecía Matilde Urbach.”
Llegamos a un poema de los preferidos por él (y desde ya, celebrado por los lectores). En este poema hay sutiles encuentro con Platón… pero este ejercicio de recuerdos y olvidos, será tema de otro texto y dejo al lector la agradable tarea de la búsqueda.
EVERNESS
Solo una cosa no hay. Es el olvido
Dios que salva el metal salva escoria
y cifra en Su profética memoria
las lunas que serán y las que han sido…
Ya todo está. Los miles de reflejos
que entre los dos crepúsculos del día
tu rostro fue dejando en los espejos..
y los que irá dejando todavía..
Y todo es una parte del diverso
cristal de esa memoria, el universo
No tienen fin sus arduos corredores
y las puertas se cierran a tu paso
solo del otro lado del ocaso
verás los Arquetipos y Esplendores..