Biblioteca Conmemorativa Nietzsche – (Editorial El Ateneo)
![]() |
Biblioteca Conmemorativa NIETZSCHE
Aurora / El Anticristo (Volumen I)
La Gaya Ciencia (Volumen II)
Así Habló Zaratustra (Volumen III)
Más Allá del Bien y del Mal / Ecce Homo (Volumen IV)
(Editorial El Ateneo)
La Filosofía de Nietzsche
Por Juan Manuel Rodríguez
El pensamiento de Nietzsche, como el de Kierkegaard, nace de una postura radical frente a la vida. Pareciera que es la existencia la que le arrastra a la reflexión, siendo entonces la filosofía la respuesta personal a sus íntimos problemas.
En la evolución y desarrollo de su pensamiento suelen considerarse tres períodos. El primer período correspondería a la etapa de formación y sus primeros años en la Universidad de Basilea, o sea, hasta 1876. Este tiempo es el de preparación, en donde prevalece todavía su preocupación filológica. De esta época son sus escritos El nacimiento de la tragedia (1872), La filosofía en la época trágica de los griegos (1874) y Consideraciones intempestivas (1873?1876), además de conferencias y artículos para la revista de su amigo y profesor RitschI. Esta primera etapa de su pensamiento estará influenciada por las teorías filosóficas de los presocráticos, por la idea de voluntad de Schopenhauer (El mundo como voluntad y representación) y por las ideas estéticas del compositor Wagner. La visión del mundo, como en los griegos, es trágica, lo cual no significa un pesimismo de la vida, sino una aceptación del destino humano y una superación de ese mismo destino trágico por el arte. La existencia, tomada como fenómeno estético, admitía dos actitudes: la apolínea y la dionisíaca. “Mucho es lo que habremos ganado para la ciencia estética cuando hayamos llegado no sólo a la intelección lógica, sino a la seguridad inmediata de la intuición de que el desarrollo del arte está ligado a la duplicidad de lo apolíneo y de lo dionisiaco: de modo similar a como la generación depende de la dualidad de los sexos, entre los cuales la lucha es constante y la reconciliación se efectúa sólo periódicamente”. Mientras en la actitud apolínea reina la mesura y el orden, pues la vida es conducida por la razón, en la actitud dionisíaca impera la embriaguez. Todo este primer período de inquietud estética está marcado por la idea de que la esencia de la naturaleza se expresa simbólicamente.
El segundo período (1876?1882) surge a raíz de su ruptura con Wagner y concluye con el “Dios ha muerto”. De esta época son Humano, demasiado humano (1878?1879), Aurora (1881) y La gaya ciencia (1882). Nietzsche abandona la poesía y la preocupación estética y se convierte en un racionalista ilustrado. Nietzsche siente la influencia de la Ilustración dieciochesca y signo de ella es la reverente dedicación de Humano, demasiado humano al genio francés del iluminismo, Voltaire. La idea de progreso y confianza en la razón ya había matado durante la Ilustración a Dios, quien había caído decapitado en la guillotina junto con la providencia; por ello, cuando Nietzsche exclamaba “Dios ha muerto” en La gaya ciencia no hacía sino rematarlo anunciando el actual estado de difunto de la divinidad. Pero la Ilustración no es para Nietzsche una fe ciega en el progreso de la humanidad, un optimismo racionalista; Nietzsche utiliza el arma de la razón para acabar con los decadentes valores de la cultura europea y erigir su propio sistema filosófico, fundado en la construcción de nuevos valores. Frente a una moral caduca, de sus despojos, levantará una moral que deberá ir más allá del bien y del mal y que se sustentará en la voluntad de vivir y en la voluntad de poder.
El tercer período, llamado de Zaratustra o de la voluntad de poder, abarca desde 1883, fecha en que se publican las dos primeras partes de Así habló Zaratustra, hasta 1889, cuando la locura le silencia para siempre. Es la etapa de la teoría del eterno retorno, de la voluntad de poder y de su idea social de verdad para una clase de hombres. Es la etapa del superhombre, nacido de la voluntad de poder y del rechazo a morales decadentes. Nietzsche ha llegado a la conclusión de que tanto la ciencia como el espíritu cristiano han llevado a la sociedad a su total derrumbamiento. El nuevo valor, máxima y exponente de todos los demás, es la vida. La vida exige siempre una voluntad de vivir que se expresa en dominio y voluntad de poder. La voluntad de poder desterrará al hombre para sustituirlo por el superhombre. Superhombre es el nuevo individuo que, desprendido de los caducos valores y de una moral esclavizante, se levanta con esfuerzo y con energía como un señor. El superhombre tiene solamente la moral del señor, del amo. Piedad, compasión, amor, humildad son los valores de la moral del esclavo. “¡No robarás, ¡No matarás!” Estas palabras se llamaban santas en otro tiempo; ante ellas doblaba la gente las rodillas, inclinaba la cabeza y hasta se descalzaba. Pero yo os pregunto: ¿dónde hubo jamás en el mundo mejores bandidos y mejores asesinos que los provocados por estas santas palabras?”
Nietzsche distingue entre el nihilismo europeo, que es el resultado de unos valores decadentes, y un nihilismo benigno que consiste en la destrucción del primer nihilismo. El nihilismo de Nietzsche es optimista, pues se basa en la construcción de un nuevo orden moral. Su actitud optimista se transluce en la teoría del eterno retorno, en una actitud optimista frente a la nueva vida anunciada para el superhombre.